Nueva York, 19 may (EFE).- A dos años de la celebración de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, deportistas y organizaciones medioambientales critican la elevada contaminación de las aguas de la bahía de Guanabara donde se disputarán varias pruebas.
A pesar de las promesas de la organización de que la bahía estará limpia a tiempo de los Juegos Olímpicos, ni los deportistas que ya están entrenando, ni biólogos brasileños creen que será posible, según publica hoy The New York Times.
Las aguas son un inmenso basurero, con colchones, muebles, neumáticos, cadáveres de animales e incluso de personas, todo aderezado con el color marrón de las aguas residuales no tratadas que proceden de la ciudad.
“Nunca he visto nada como esto”, describe al diario el regatista austríaco Nico Delle Karth, quien asegura que son las aguas más sucias en las que jamás ha navegado, tan malolientes que hasta le da aprensión meter los pies para lanzar su barco desde la playa.
El regatista brasileño Thomas Low-Beer dice, por su parte, que la bahía puede llegar a ser “realmente desagradable, con cuerpos de perros en algunos lugares y el agua que se vuelve marrón por la contaminación de las cloacas”.
Otro regatista brasileño, Lars Grael, quien a sus 50 años es una leyenda del deporte náutico en su país con dos medallas olímpicas, asegura que ha encontrado en la bahía cadáveres humanos en cuatro ocasiones.
Grael, que describe las aguas de la bahía de Guanabara como “oscuras, marrones y apestosas”, cree que las competiciones de vela durante los juegos deberían trasladarse a un enclave turístico lejos de la ciudad.
situada en el Océano Atlántico, la bahía de Guanabara tiene unos 412 kilómetros cuadrados de superficie en cuyo interior se encuentra el puerto de la ciudad de Río de Janeiro.
El 80 por ciento de las aguas residuales de Río de Janeiro, que tiene unos 6,5 millones de habitantes, no son tratadas, y el objetivo de reducir esa cifra al 40 por ciento no se cumplirá para los Juegos, según el mismo diario.
Varias iniciativas bien financiadas que surgieron durante las últimas décadas para limpiar la bahía no han tenido éxito por las rivalidades entre autoridades locales, estatales y federales, el mal uso de los fondos y acusaciones de corrupción.
Según el New York Times, se trata de un ejemplo sobre los problemas que está teniendo la organización de los Juegos para llegar a tiempo con la construcción y preparación de las instalaciones.
Entre otros problemas, menciona el velódromo usado en los Juegos Panamericanos de 2007 que tuvo que ser demolido en 2013, o el complejo deportivo de Deodoro, el segundo más importante de los Juegos de Río de Janeiro, que aún no ha comenzado.
El New York Times añade que hay problemas por huelgas de trabajadores y protestas contra expropiaciones de terrenos, y lo relaciona con los retrasos en las obras de los estadios del próximo Mundial de fútbol, en las que ha habido ocho accidentes mortales.
Sobre la bahía de Guanabara, Carlos Portinho, el principal responsable medioambiental de la ciudad, cree que la suciedad se ha exagerado y asegura que el nivel de contaminación fecal de las aguas es “satisfactorio” según los estándares brasileños.
Portinho dice que ya operan tres ‘ecobarcos’ para recoger la basura sólida y que para los Juegos podrían estar trabajando 20 o 30 embarcaciones de este tipo.
Pero el biólogo Mario Moscatelli señala al diario que el Gobierno podría desplegar portaaviones y el problema seguiría sin resolver: “La bahía es una letrina. Es un insulto al pueblo de Rio decir que estará limpia para los Juegos”, afirma.
Las aguas son un inmenso basurero, con colchones, muebles, neumáticos, cadáveres de animales e incluso de personas, todo aderezado con el color marrón de las aguas residuales no tratadas que proceden de la ciudad.
“Nunca he visto nada como esto”, describe al diario el regatista austríaco Nico Delle Karth, quien asegura que son las aguas más sucias en las que jamás ha navegado, tan malolientes que hasta le da aprensión meter los pies para lanzar su barco desde la playa.
El regatista brasileño Thomas Low-Beer dice, por su parte, que la bahía puede llegar a ser “realmente desagradable, con cuerpos de perros en algunos lugares y el agua que se vuelve marrón por la contaminación de las cloacas”.
Otro regatista brasileño, Lars Grael, quien a sus 50 años es una leyenda del deporte náutico en su país con dos medallas olímpicas, asegura que ha encontrado en la bahía cadáveres humanos en cuatro ocasiones.
Grael, que describe las aguas de la bahía de Guanabara como “oscuras, marrones y apestosas”, cree que las competiciones de vela durante los juegos deberían trasladarse a un enclave turístico lejos de la ciudad.
situada en el Océano Atlántico, la bahía de Guanabara tiene unos 412 kilómetros cuadrados de superficie en cuyo interior se encuentra el puerto de la ciudad de Río de Janeiro.
El 80 por ciento de las aguas residuales de Río de Janeiro, que tiene unos 6,5 millones de habitantes, no son tratadas, y el objetivo de reducir esa cifra al 40 por ciento no se cumplirá para los Juegos, según el mismo diario.
Varias iniciativas bien financiadas que surgieron durante las últimas décadas para limpiar la bahía no han tenido éxito por las rivalidades entre autoridades locales, estatales y federales, el mal uso de los fondos y acusaciones de corrupción.
Según el New York Times, se trata de un ejemplo sobre los problemas que está teniendo la organización de los Juegos para llegar a tiempo con la construcción y preparación de las instalaciones.
Entre otros problemas, menciona el velódromo usado en los Juegos Panamericanos de 2007 que tuvo que ser demolido en 2013, o el complejo deportivo de Deodoro, el segundo más importante de los Juegos de Río de Janeiro, que aún no ha comenzado.
El New York Times añade que hay problemas por huelgas de trabajadores y protestas contra expropiaciones de terrenos, y lo relaciona con los retrasos en las obras de los estadios del próximo Mundial de fútbol, en las que ha habido ocho accidentes mortales.
Sobre la bahía de Guanabara, Carlos Portinho, el principal responsable medioambiental de la ciudad, cree que la suciedad se ha exagerado y asegura que el nivel de contaminación fecal de las aguas es “satisfactorio” según los estándares brasileños.
Portinho dice que ya operan tres ‘ecobarcos’ para recoger la basura sólida y que para los Juegos podrían estar trabajando 20 o 30 embarcaciones de este tipo.
Pero el biólogo Mario Moscatelli señala al diario que el Gobierno podría desplegar portaaviones y el problema seguiría sin resolver: “La bahía es una letrina. Es un insulto al pueblo de Rio decir que estará limpia para los Juegos”, afirma.
Fuente: http://sudamericahoy.com/pais-brasil/critican-contaminacion-de-la-bahia-de-guanabara-donde-se-disputaran-pruebas/
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