Friday, 18 January 2013

Una performance documental denuncia las balas perdidas en una favela de Río

Germán Aranda | Río de Janeiro  --- http://www.elmundo.es/america/2012/12/16/brasil/1355667146.html
Actualizado domingo 23/12/2012 12:22 horas

En un cuarto de apenas 20 metros cuadrados vive Graciliene con sus siete hijos y el recuerdo de un octavo, Matheus Rodrigues, que fue asesinado en diciembre de 2008 alcanzado por una bala en la nuca, disparada por un policía, cuando salía a comprar el pan, con ocho años de edad. En la puerta azul de hierro de la casa, todavía se puede ver el agujero de la bala que impactó contra el metal tras atravesar el cráneo del niño, mientras el resto de hermanos juegan entrando y saliendo de la pequeña vivienda. "No había tiroteo alguno y era imposible pensar que mi hijo, de ocho años de edad, fuera un bandido", lamenta aún hoy la madre. Aunque los dos agentes responsables por el fallecimiento fueron retirados de sus puestos poco después de la malograda muerte, nadie pagó ante la ley, ni tampoco la madre de Matheus fue indemnizada económicamente.

Una realidad demasiado cotidiana, la de balas (muchas de ellas procedentes de la policía) que alcanzan a inocentes en las favelas de Brasil, motivó al argentino Eloy González a hacer un llamamiento a la justicia dentro de su ciclo de arte documental Necrodrama, que lleva seis años experimentando con todo tipo de formatos artísticos y audiovisuales para reflexionar desde diferentes perspectivas sobre la muerte de las personas jóvenes.

La representación se llevó a cabo dentro de la misma favela donde fue asesinado el niño, dentro del complejo de Maré, todavía sin pacificar y dominada por el narcotráfico. Pasajes del evangelio de Mateo y la lectura de algunos de los Derechos Humanos sirvieron para retratar la humildad de la familia y los abusos que todavía hoy quedan sin justicia en Brasil. El actor Bruno Barboza representó el texto de Eloy González, mientras que la cantante criada en la propia favela Paula Princi cantó 'Como Zaqué', canción popular evangélica de Brasil que el niño asesinado "cantaba a todas horas", como recuerda la madre.

"Nadie fue condenado. Graciliene no recibió compensación alguna por su hijo. Pero tampoco nadie se sorprende por eso, pues sucede muchísimas veces. El policía dispara dentro de la favela, dice que fue bala perdida y la justicia es la que se pierde, ya que el disparo no, la bala alcanzó su destino, siempre equivocado y muchas veces inocente", reza parte del guión.

En un país en el que el homicidio es la principal causa de muerte de los adolescentes y la posibilidad de que un joven negro sea asesinado es 2,78 veces mayor a la de un blanco, según un estudio presentado en Río de Janeiro, los enfrentamientos entre policías y narcotraficantes o entre diferentes facciones de delincuentes acaban muchas veces con vidas inocentes, especialmente en las comunidades. También es una práctica habitual el de policías que hacen desaparecer el cuerpo después de matarlos, algo que no fue posible en el caso de Matheus por la resistencia de los vecinos y familiares.

El homicidio es la causa del 5,1% de las muertes del país y la guerra entre el Estado y los narcos en las favelas de Río viene siendo una de las más cruentas, si bien su tendencia es la de disminuir en la región, debido en parte a la política de pacificación que se está llevando a cabo. En el estado de Bahía, sin embargo, las muertes por homicidio vienen creciendo en los últimos años, según el mapa de la violencia 2012. Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública del país, 88 personas fueron víctimas de balas perdidas durante el año 2011, siete de las cuales acabaron muertas. Era la "mejor" cifra de los últimos años, pues vienen decreciendo desde 2007, cuando fueron 279 las víctimas de balas perdidas. Esos datos, sin embargo, son siempre puestos en entredicho por la cantidad de muertes por causa desconocida que muchas veces son debidas a homicidios o balas perdidas.
Muertes en extrañas circunstancias

No es el primer pedido de justicia que Eloy González y su ciclo Necrodrama lleva a cabo. Las muertes de Maria Soledad Morales y Sergio Shiavini, argentinos, inauguraron el formato en 2010, recordando dos vidas interrumpidas en extrañas circunstancias a principios de los 90 cuyas deficientes investigaciones fueron cuestionadas y motivaron las llamadas Marchas del Silencio y de la Comisión de Familiares de Víctimas (COFAVI), respectivamente. Pero el estudio y el uso artístico de la muerte por parte de Eloy González explora no sólo lo social, sino también los ámbitos más poéticos y científicos de la misma.

La edición de 2012 se inició con unas conferencias en Buenos Aires sobre la muerte del planeta Tierra, inspiradas en el fracaso de Rio+20 y en la destrucción del planeta, y antes de llegar a la favela de Rio que cerró el ciclo, puso en escena en São Paulo otras charlas sobre el miedo a morir y una instalación sonora con reflexiones de los fotógrafos de la revista 'Noticias Populares', que se dedicó al periodismo más amarillista de Brasil retratando el lado más morboso de la muerte hasta su cierre en 2001.

Basado en un manifiesto que deja un campo abierto a la experimentación con la muerte, el Necrodrama tiene entre sus posibles planes aterrizar en España para retratar la "muerte" del bienestar de un país que pasó de "ser un ejemplo de prosperidad a una terrible decadencia en poco tiempo", según palabras el propio Eloy González, director del ciclo.

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